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LA INFLUENCIA DEL ESTRÉS EN EL PACIENTE CON ATOPIA
El picor es la principal característica que requiere el diagnóstico de la dermatitis atópica.
El hecho de tener una enfermedad crónica y la necesidad de adaptarse a ella pueden modificar la personalidad de un niño con dermatitis atópica.
El estrés puede desencadenar un brote de dermatitis atópica o empeorarlo si ya existe.
Existe una importante relación de doble sentido entre la piel y la mente, en general, y en el paciente con piel atópica, en particular.
El rascado compulsivo puede llevar a sentimientos de culpa que generan ansiedad.
La sobreprotección es contraproducente, pues el niño o adolescente se siente “diferente” de sus compañeros y amigos.
La falta de sueño puede conducir a un estado de agotamiento físico y mental con alteraciones del humor, trastornos de conducta y disminución del rendimiento en la escuela o el trabajo.
La comunicación, con información adecuada, consejos y enseñanza de técnicas de autoayuda psicológica, mejora la evolución psíquica y física del niño y adolescente con dermatitis atópica.
Cuando la felicidad de tu hijo, empieza en su piel.
Información elaborada por: Dra. Aurora Guerra Jefa de Sección de Dermatología del Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid. Profesora Titular de Dermatología Médico-quirúrgica y Venereología. Universidad Complutense de Madrid. Dra. Elena González Guerra Médico Adjunto de Dermatología del Hospital Clínico San Carlos. Madrid. Profesora Asociada de Dermatología Médico-quirúrgica y Venereología. Universidad Complutense de Madrid.