Debido a la incomodidad que la incontinencia puede provocar en la vida diaria, resulta de interés aplicar aquellas medidas que ayuden a reforzar la musculatura de la zona, como son el entrenamiento del suelo pélvico, el ejercicio físico moderado, y también puede plantearse la utilización de complementos alimenticios a base de especies vegetales seleccionadas.
Entre las mismas se encuentran las semillas de calabaza y las isoflavonas de soja.
Las semillas de calabaza son una especie vegetal de uso tradicional como ayuda al funcionamiento normal del sistema urinario, tanto en hombres como en mujeres.
Las isoflavonas de soja presentan similitudes en estructura y función con los estrógenos (hormonas femeninas), ayudando a suavizar las molestias asociadas a su reducción que se dan con el paso de los años en la mujer adulta, en diferentes sistemas y tejidos, como es el caso de la vejiga urinaria.