Higiene personal
Se recomienda bañarse o ducharse diariamente para evitar el aumento de la sudoración y la secreción de grasa durante el embarazo. Bañarse además tiene un efecto relajante y estimulador de la circulación, que te ayudará a sentirte mejor.
Higiene dental
Es vital mantener dientes y encías limpias durante el embarazo, ya que los cambios hormonales y el aumento de las necesidades de calcio, pueden afectarles, provocando gingivitis, caries, u otras patologías. ¿Qué hacer? Algunos consejos...
- Cepíllate después de comer un mínimo de 2 veces al día (mañana y noche).
- Hazlo de forma minuciosa pero suave, masajeando las encías: las fortalecerás, evitarás un futuro sangrado y que disminuya la sensibilidad.
- Usa hilo dental o cepillos interproximales además de una pasta con flúor, enjuagues, colutorios u otros productos adecuados para la sensibilidad o el sangrado. Pregunta a tu dentista o farmacéutico por el más indicado.
- Visita de forma periódica a tu dentista durante el embarazo.
- Come más alimentos ricos en calcio y vitaminas A y D para darle a tu bebé las cantidades que necesita sin que se debiliten tus reservas, dientes o huesos.
Higiene íntima
Debes tener cuidado con este aspecto durante el embarazo debido al aumento del flujo vaginal (leucorrea), tanto en cantidad como eb consistencia y coloración. Algunos consejos:
- Bebe mucha agua.
- Opta por jabones líquidos y suaves adecuados para la higiene íntima y de uso exterior. Evitarás las infecciones por hongos, las más habituales son las candidiasis.
- Se recomienda un mínimo de una o dos limpiezas diarias de la zona.
- Seca cuidadosamente las zonas íntimas para evitar el crecimiento de gérmenes.
- Usa ropa íntima cómoda de tejidos naturales como el algodón.
- Evita los lavados vaginales ya que alteran la flora beneficiosa y aumentan el riesgo de infección.
- Si notas picor o escozor, consulta a tu especialista.
Ejercicio
Fuente de beneficios para la salud de la madre y del bebé: mejora el sistema cardiovascular y el metabólico, ayuda a bajar de peso tras el parto, disminuye la ansiedad, y mejora el humor y los patrones de sueño. También puede aliviar molestias del embarazo como estreñimiento, dolor de espalda, cansancio, hinchazón de piernas y venas varicosas. Algunos estudios indican que el ejercicio contribuye a que los partos sean más rápidos y se necesiten menos medicamentos para inducir el trabajo de parto y epidurales. Si tu embarazo es de bajo riesgo, puedes hacer ejercicio de forma regular, siguiendo algunos consejos:
- Haz ejercicios de relajación y estiramiento antes y después de cada sesión.
- Bebe líquidos suficientes antes y durante el ejercicio para evitar acalorarte en exceso y deshidratarte.
- Come frutas, verduras y carbohidratos como pasta y cereales, en la toma previa al ejercicio.
- En el segundo y tercer trimestre, intenta evitar los ejercicios en que debas ponerte boca arriba, ya que limitan el flujo sanguíneo al vientre.
- No llegues al agotamiento extremo: significa que tu bebé y tu cuerpo reciben menos oxígeno del que deben.
- ¡Cuidado con el equilibrio! Tu centro de gravedad se ha modificado, puede que no seas tan ágil como antes.
- Evita deportes con riesgo de golpes como hockey, fútbol y baloncesto, y de equilibrio como la gimnasia, el esquí o montar a caballo.
- ¿Deportes recomendados? Aquellos que no requieran grandes esfuerzos ni levantamiento de peso como la natación, o un buen paseo.
- El ejercicio en el agua es ideal ya que te sentirás más ligera y flexible.